Los niños y jóvenes son los protagonistas principales del futuro de la Tierra, por eso desde pequeños deben aprender a cuidar la naturaleza. Las escuelas tienen un papel muy importante en esto, como también lo tienen las familias y los mayores, ya que los niños aprenden también a través del ejemplo y la experiencia. Por tanto su entorno familiar y personal es igual de relevante que el entorno escolar.
Una vez que los niños comienzan a ser más conscientes de lo que se encuentra a su alrededor, es importante enseñarles a respetar la naturaleza como una forma de enseñarles a valorar su entorno, ya que tienen que aprender que la Tierra es casa de todos.
La conservación del planeta depende de cómo se comporten los seres humanos.
Los principios éticos y sociales que se aprenden en las familias y escuelas quedan fuertemente enraizados en los niños. Cuidar el medio ambiente debe formar parte de la vida diaria de la familia y de las escuelas. Por otra parte, este aprendizaje se transmite de unas generaciones a otras.
El cuidado de las plantas: para un niño es fascinante plantar una semilla y admirar cómo crece y se desarrolla. Así los niños aprenden el ciclo de la vida y comienzan a naturalizar ese concepto. El niño puede cuidar su propia planta y hacerse cargo por sí solo de ella. Las excursiones con la escuela hacen que el niño esté en contacto con la naturaleza y aprenda tipos de plantas. Gracias a este contacto dan valor y se observan como parte del medio ambiente. La mayoría de los niños aman a los animales, por ello su importancia de enseñares los animales que se encuentran en peligro de extinción.
Crear conciencia sobre su existencia y de las acciones que se pueden tomar para preservarlos. Al enseñar a respetar la naturaleza es necesario añadir la conservación de las fuentes de agua. Una idea inicial es enseñarles a usarlas y evitar tirar desechos en ríos, mares y lagos. Las excursiones de colegios al aire libre o en los campamentos son una manera excelente de relacionarse con la naturaleza. En esos paseos los niños pueden tener contacto con los animales, las plantas y el agua.
Además de ser divertido, resulta en aprendizaje. Se debe enseñar a los niños a tirar la basura . Reciclar es un hábito que se debe inculcar desde la niñez. Los niños pueden separar los desechos y ayudar a elegir cómo reutilizarlos. El reciclaje también puede ser un juego, pues los niños pueden construir juguetes con materiales reciclados en el colegio. También se fomenta en ellos el hábito de caminar distancias cortas, ya que así también se reduce la contaminación producida por los coches. Cada acción que se tome suma en la formación de la personalidad del pequeño.